Meteorito, por Diego Sandro
Uno de los integrantes del equipo trajo la propuesta. En un principio nadie creía que fuese cierta, era una locura, pero poco a poco fue ganándolos uno a uno. Era mucho dinero en juego y no era del todo imposible. Entonces se juntaron. Para el Bache Mércico, hasta entonces un guía de turismo, todo comenzó un poco antes, como una conversación en un auto. Nunca lo creyó algo serio, después vino con la reunión en el bar y cuando supo que Quinteros había aportado el dinero su indemnización para los materiales, se dio cuenta que la cosa iba en serio. Hubo un primer plan: entrar al banco, reducir al gerente y forzarlo a abrir la bóveda. Lucho Favale era un maestro para los disfraces. Iba a entrar como parte de un operativo antibombas, se haría llevar por el gerente y cuando lo tuviese dominado, obligarlo a entrar al tesoro mientras el resto del grupo tomaba el control del hall principal. Todo quedó listo. Se ultimaron los detalles para el 10 de abril. Sin embargo, el día 9, todo cam